viernes, 19 de julio de 2013

Humedad

Un colectivo desnuda lo frágil del vidrio de la puerta y termina de congelar el calor del aliento. El cielo, áspero, irrita la piel de los sueños hasta lastimar su sutileza para volverla lona, reja, encierro. La idea se empaña debajo de un suspiro de superviencia, detrás de un espejo que no muestra bondad en lo propio. Un desprendimiento baila el hostil alrededor y se cuela por los ecos. Mientras, las venas sólo dejan pasar agua.