Aparece el elemento. Cada sonido deja una huella, un signo se graba en la memoria de materia abstracta y estructura la conexión de la percepción con el elemento a cada vez. Las huellas psíquicas, genuinas, puras, tejen una red unipersonal y dialéctica entre sí que condiciona cada paso dado en el tiempo, coloreado por la ley fundamental y esencial de cada uno de nosotros. La interpretación más libre del universo. La versión más virgen de la esencia humana.
viernes, 19 de julio de 2013
Humedad
Un colectivo desnuda lo frágil del vidrio de la puerta y termina de congelar el calor del aliento. El cielo, áspero, irrita la piel de los sueños hasta lastimar su sutileza para volverla lona, reja, encierro. La idea se empaña debajo de un suspiro de superviencia, detrás de un espejo que no muestra bondad en lo propio. Un desprendimiento baila el hostil alrededor y se cuela por los ecos. Mientras, las venas sólo dejan pasar agua.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)